REUNIÓN A LA AMANECER Tal vez el pincel soñó
febricitante, una noche;
y al mirar por su ventana
vio relumbrar en el monte
un mar de luz que se abría,
florescencia a trochemoche,
que a la oscuridad dejaba
perdida en el horizonte.
A la empinada colina
para reunirse corren
un quinteto de caballos
bayos, de excelente porte
cuyas cabezas son féminas
que su desnudez no esconden,
ya que no les da reparo
de exhibirse en una pose.
Por brazos tienen dos alas
abiertas, no las esconden,
parece que tocar quieran
el mismo Cielo, esa noche.
El pincel aquí nos muestra
esta estampa como enfoque
de esta silente pintura
que ante nuestra vista pone.
HAY AGUDEZA DE INGEÑO
AL DESARROYAR EL SUEÑO…
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Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO -Ciudad Real-
A Mónica Carmen, Y A SU PINCEL SOÑADOR.-
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