Alcalá de los GazulesAlcalá blanco y silencioso.
Alcalá silencioso y moro.
Ojos ansiosos de paisajes
subieron tus empinadas calles.
Dormí bajo estrellas claras.
Dormí sintiendo tierra en la espalda.
Dormí oyendo a perros y vacas
que lentamente se acercaban.
Cuando el sol las sombras borraba,
cuando nacía la luz primera,
el castillo me miró a la cara
y me contó una historia viajera.
Alcalá ayer mora y hoy cristiana.
Alcalá de gentes sencillas y simpáticas.
Paseé por calles y plazas
y tomé café y pasteles en “la playa”.
Cal y luz a grandes raudales.
Cal y luz entra por los ventanales.
Blanco pueblo de sencilla belleza
que a todos cautiva y enreda.
JOSÉ LUIS RUBIO
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