Cuando el cuerpo comienza a ya no poder satisfacer los deseos del alma y el pensamiento, cuando el alma y el cuerpo ya no se ponen de acuerdo sobre qué actividades realizar, ni como llevarlas a cabo, cuando el pensamiento empieza a arrugarse por las tristezas y las decepciones, cuando el corazón se agita más por la nostalgia que por el presente, cuando a la alegría le cuesta cada vez más trabajo llegar hasta la piel, y se sufre más por lo que pudo haberse hecho que por lo que se hizo, con una mujer…
Victor Diaz Goris
No hay comentarios:
Publicar un comentario