Y nació de entre las flores ella;
… la que encierra tanta poesía
que tan solo nacer ella sería,
del jardín del Edén, su flor más bella;
del cielo, su más preciada estrella.
Una luz celestial que abriría
mis noches de color y fantasía,
con la sonrisa que en su faz destella:
¡Ay aroma de harto desespero!
... del jardín de la más fragante rosa
que embriaga el aire por el que muero:
¡Mi flor bella!,… ráfaga luminosa
que por tu ser fuera yo jardinero
y poeta, en noche tan hermosa.
Paco Aguilar i Espada
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