En mi divaga el miedo
de la vejez temprana,
me asusta el sermón
de la anciana prestancia,
un hombre veterano soy
maduro entre mis canas,
pero agita la usura
de la salobre voz,
la andropausia pasó
y dejó en mi la huella,
sombras y cicatrices
en mi todavía resuellan,
motivos irascibles
se agitan en mi mente,
mi pensamiento es visa
de los viajes dementes,
el alma se eriza
el corazón finge amplitudes,
el cuerpo avisa
el pensamiento ruge,
no soy anciano aún
pero arde la flama,
estoy al paso ya
de la queja profana,
miedo y terror sacuden
la soledad con hambre,
motivos del enjambre
silencios y algo más,
el final se despierta
se divisa a lo lejos,
la hoguera no es hoguera
solo la brasa tibia,
me siento incapaz
de detener el viento,
el tiempo pasa raudo
y el espacio se acorta,
y la muda noticia
respira ya en la espalda,
y el miedo de morir
sacude la alfombra,
no se está preparado
para este lapso ocioso,
se está en la portada
pero se quiere el verso,
todavía tengo vida
y mucho por vivir,
el hacer todavía tienta
y se siente el sentir,
pero la vida ruge
y se acorta el camino,
el vergel esta dormido
pero la llama avisa,
el botón se ha caído
se rasga la camisa.
José Vicente Castro Romero -Colombia-
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