martes, 19 de abril de 2016
MADRE AGUA MADRE PRIMAVERA
Entre jirones de tul
del cielo suspendidos
con timidez se asoma.
Yo la presiento estrepitosa
como Igüazu convertida
en miríadas de moléculas
húmedas y transparentes.
Su mágica sonrisa
rodó rebotando
sobre rocas árboles y viejas raíces
hasta donde ya
los pétreos cíclopes
unen sus pies formando
esa estrecha garganta
y allí la fluida madre transcurre.
Antes congelada, tan estática,
ahora deslizándose, tan suave
en su murmullo y apenas rozando
los criogenizados cálices
que despiertan con sus caricias,
cuando ella calidamente,
los toca, despidiendo ya al invierno.
María Jesús Zaldivar Navarro
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