sábado, 2 de abril de 2016

LA BATA BLANCA...


La bata blanca colgada permance.
El plumero verde reverdece.
La máscara prehispánica enmudece.

El árbol ya sin hojas entristece.

La bata blanca colgada permanece.
Vacía.
Escurrida.
Pálida.

En espera de la llegada del cuerpo.
Tibio.
Húmedo.
Suave.

La mirada que punza el ojo que ve.

La palabra que hiere -martiriza martillo golpea
al tímpano de la oreja que escucha.

La astilla que se clava clavo oxido ferroso,
en la mano que mas no puede tocar
ni un instante ni siquiera en fin de año.

El recuerdo permanece,
en la memoria que nunca olvida,
ni temporal ni permanentemente.

GILDARDO CARRIÓN

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