domingo, 3 de abril de 2016

EN UNA CÁLIDA TARDE


Cual sí en las manos como en solicitud un escrito de ver con los ojos el recuerdo.

¡Amor! Podría yo escribirte, sé cuanto
lo esperas, pero ahora ya mi pensar
se crea distinto, dentro del sentimiento,
y a los pasos del tiempo a nombrar.

Hacer una carta, logra a tener en cuenta,
la simplicidad y atributo al escribirla,
de todos los días, en esa evidencia escrita,
amor lejano desde el punto a enviarla.

Mis ojos, entre los dobleces del sendero,
ojean una a una tus líneas, de la vida,
atardecer tropical, silenciar bien adentro,
hablar de poesía ¡la ilusión perdida!

¿Sabes? tú fuiste mi lustre amor especial,
del pretérito, ese esparcir de la mirada,
el néctar del beso y al fluir caricia inicial,
ciclo a vivir, primavera de amor dada.

Todo un andar de aquellas horas brillada,
en las jornadas usuales, entre auroras,
y en lo sano de los sueños, ilusión vivida,
de amanecer nítido, sin que anidaras.

Al mirar hacia atrás, ya no te encuentro,
ya no hay forma de palabra descritas,
ahora, sí concibo que sólo soy, ese rostro
a vivir en una foto y al hoy recuerdas.

Con el amor difuso, en tu desleal camino
de la vida, lozano me abandone, alma
amante, el Creador te perdone, al destino,
¡fuerzas hallaré, para vivir en calma!

Milagros Piedra Iglesias

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