Si creyeras en la virginidad de toda alianza,
te asombraría la luz
en el peligro
y su esplendor que ciñe tu tristeza.
Una hora más
y alcanzarías la cuerda
conque Ariadna
atraviesa el oro de los siglos,
hasta ver a la muchacha griega tras los muros,
los guerreros que son esa playa que pisas.
¿Qué extraño testamento has confesado
para saldar tus deudas con la antigüedad,
que se inclina y señala ante tus pies el fuego?
Desde hace miles de años,
a las altas murallas retornan los difuntos,
es el humo de Troya
que iba a testimoniar su discordia en la Tierra;
siempre habrá un fiel guerrero y una joven hermosa,
siempre la misma luz
legada por el amor de Zeus a tu memoria.
AGUSTIN LABRADA AGUILERA -Cuba-
Compartido por Claudio Lahaba
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