miércoles, 9 de octubre de 2019

YA ANDA


Avanza vacilante
hacia mí y apenas
ha cumplido un año.
A veces tropieza y cae.

A veces cae y se golpea.
Llora unos minutos,
lo cojo en brazos
y la sonrisa ilumina su cara.

De nuevo camina vacilante
y a veces trepa al sillón
y lo golpea porque producir
ruido le encanta.

De vez en cuando
toca palmas
o lanza besos al aire
o imita el gruñido del león.

Mientras come necesita
tener algo entre las manos
y originar con esos objetos
fuertes sonidos.

El tic tac del reloj
o el traqueteo del tren
lo adormece
aunque por un corto tiempo.

Del libro versos para Jaime de JOSÉ LUIS RUBIO 

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