Vienes a mí
después de tantos exilios
con tu piel ausente
de rosas y mieles.
No conozco
el encanto de tus besos,
potencial que guardas
con máximo cuidado.
Te he soñado como artífice
de mis días,
como resguardo de mis silencios.
Vienes a mí
con tantas caricias acumuladas
con las plegarias de las lunas,
con la ansiedad de tus muelles,
para invadir
la irreverencia de mis latidos.
Vienes a mí
peregrino de mis encantos,
los ángeles lo anunciaron,
a conquistar mis orillas.
ZAIDA JUÁREZ -ARGENTINA-
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