Nuestro amor, fue platónico
fue una pasión, tan tierna
de esas historias medievales
que inicio en la infancia
nunca hubo, ni una noche
de romance, pero sé
que me amaste y que yo
te amé, hasta llorar
Fue una historia infausta
que la marcó aquella
fría y lluviosa tarde de otoño
fuiste pasajero, en el viento
que volaste, al infinito
cuando se extinguió, el ocaso
Y mira que castigo, el mío
que en tus exequias,
no te pude ir, a verter,
todo el frasco de mi perfume
y aun no he podido visitar,
la cripta, que guarda tus despojos
ni te pude rezar, mis poemas,
ni cantar, todos mis versos...
Mirna del Carmen Orellana Romero -Honduras-
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