¿Qué hago mirando la lluvia
Si no llueve?
¿Estaré buscando
A través del despejado cielo
Otro motivo para amarte?
¿Y qué tiene que ver la lluvia?
¿No recuerdas…?
¡Llovía cuando nos conocimos!
Casi chocaron nuestros cuerpos
A la entrada del café,
En donde nos refugiamos.
Sólo quedaba una mesa
La cual compartimos tú... y yo.
¡Qué locura!
Nunca pensé que fueras
Tan divertida
¿Divertida yo…?
Mira quien lo dice
Si me tenías sin habla.
Estaba tan absorta viéndote
Que me quemé la boca
Con ese café caliente.
Primero te preocupaste
Y acabamos riéndonos
Por lo mismo.
Bueno, gracias a la lluvia y al café
Nos seguimos viendo
En ese mismo lugar
Aunque no lloviera…
Y recuerda…
Desde ese día
Tú llegaste a ser
Mi única locura.
Me remonté a ese momento
Y recordé que al despedirnos
Pusiste entre mis manos
Una servilleta
En que estampaste un beso
Y escribiste:
"La lluvia se disfruta aún sin verla, basta oírla, imaginarla o recordarla para que nuestro corazón lata de emoción ante tan cálidos o románticos momentos de nuestra vida, como éste que hemos pasado juntos. Recuerda, la lluvia es como Dios, o la poesía misma. Si no está ahí, tenemos que crearla".
En esta servilleta te regalo mi primer beso.
¡Hasta siempre…!
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado y Gloria Echeagaray B.
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