Tus manos en mi cabello
van peinando mis deseos,
tu voz invade mi silencio
acariciando mi calma, aun
con ojos cerrados veo
el color de tu piel, la sombra
de tu silueta, el borde del
cuerpo exquisito de tus labios,
la mirada tierna que sin decir
me invita a su tempestad.
Mis manos navegando
en tu espalda, caricias
adormeciendo con plan
de despertarte, pegada
a mi pecho descansas
sin prisa escuchándome,
perdida en el tranquilo
descanso son mis dedos
brisas punzantes, cortan
tu sueño hasta ver brotar
los deseos de tu boca
pidiendo mis besos.
Nuestras manos saben
llegar al profundo misterio,
desatan huracán con una
sola llovizna, desarman
la paz provocando guerra
entre almas hambrientas
de amarse, imponen fuerza
con sensible delicadeza,
atan cuerpos liberando
corazones, funden labios
en un beso placentero
quebrando razones,
uniendo pasiones.
Tus manos saben entenderme...
Mis manos aprendieron a sentirte...
Nuestras manos son gotas casuales,
con mil deseos guardados.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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