A todas las Madres. FELIZ DÍA.
Fue ese Dios tan grande y majestuoso.
Que hizo a la mujer tan dulce y poderosa.
Que acuñó su vientre tan sabroso.
Con la vida del hombre y de las rosas.
Esa mujer valiente que es mi Madre.
Y en mi corazón siempre reposa.
Es el orgullo de esos hijos y ese padre.
Que tiemblan con sus penas y sus cosas.
Es ese amor sublime de manos bondadosas.
Que inundan el amor de almas milagrosas.
Es ese cielo inmenso de estrellas luminosas.
Que iluminan el mundo de flores hermosas.
Eso eres Madre . . . En mis fuerzas ansiosas.
La vida que llega. Me ama. Y se queda.
Eduardo N. Romero -Argentina-
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