Llegarás esta noche como nunca
y como siempre, como de costumbre,
a liberar mi alma de la herrumbre.
Serás el tallo verde que se enjunca
a mi secuoya cual devota hiedra
para favorecer zafios desmanes.
Convocaré un ejército de imanes
en este cuerpo que es temblor de piedra.
Tú llegarás igual y diferente,
yo te seré paisaje conocido
al mismo tiempo que horizonte extraño.
Tú llegarás pudor con indecente
carne con hambre a pernoctar mi nido.
¡Y nos haremos mucho, mucho daño!
Jorge García de la Fe
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