A mi amigo el escritor Jim Custer
Escrutando a mi amigo en el alma,
y queriendo saber cómo era
le interrogué curiosa e intrigante:
-¿Qué estación tú prefieres,
qué colores te gustan, qué animales?
-Me gusta el arco iris, -respondió-;
las mariposas, el color naranja
y el otoño. Me dije entonces:
-Este cuadro será como este hombre:
repleto de tibiezas y de luz.
Motivada y con fe templé mi lienzo,
y con mis óleos cromáticos,
mis pinceles, y toda mi emoción,
y el corazón henchido de entusiasmo,
supliquele a la musa inspiración.
La lluvia interfiriendo el sol
en un paisaje septembrino
una tarde teñida de arreboles
le pinté; y luego sugerí
“La Danza del Otoño”,
con muchas mariposas
que embriagadas de luz y de color,
desafiaban la euforia y la tibieza
de la brisa otoñal
y los siete colores de la luz.
Con las hojas más rojas, marrones
doradas y amarillas,
que al viven de la brisa jugueteaban
por las calles cansadas del verano,
le hice un tapiz que procaz y escandaloso
al sol le hizo mohines
desafiando su mágico esplendor.
Y por último, aún emocionada,
coqueta e insinuante
le hice una venia reverente,
al Señor Corazón que presumido,
majestuoso y repleto de pasión,
pasó flamante, orgulloso y satisfecho,
confiriendo excelencia a mi pintura.
¡Entonces a mi musa agradecí,
y rubriqué mi firma sobre el lienzo!
Del libro Poemas en mi red de
Leonora Acuña de Marmolejo
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