Talló la cúspide de la perennidad poética de la lírica en la lengua de Cervantes.
“¡Que distancia, aquí de la vida a la muerte y, por lo mismo, que proximidad, es decir, que conformidad!”
Cuando nuestro silencioso ministro de Cultura de tono bajo y mesura, expresa la iguala de valores culturales al de la lectura con los videos juegos, uno no lo contradice ¿Para qué?, allá ellos, pero mantengo mi criterio de que la literatura y la poesía de alta calidad, permanecerá contra viento y marea en su espacio logrado por los siglos. Provocación de indiferencia, de falta de algo que de luz propia a nuestra cultura de la palabra escrita, cuando unos sencillos versos de armonioso ritmo de palabras se llevan el cielo de su pueblo a geografías extrañas:
“Se me ha quedado el cielo
en la tierra con todo lo aprendido
cantado allí
En su cielo de Moguer.”
La industria nacional de los videojuegos va a por todo y se apoya para ello con el calor de ministro siglo XXI. La razón no es otra que ser principal industria del mundo del entretenimiento. “No se trata solo de ingresos —100.000 millones de euros en 2017, más que la suma del cine y las series, con un crecimiento del 80% desde 2013—, sino del espacio que ocupan en la vida de millones de personas”. De aquí todo el sentido del ministro de Cultura José Guirao. La industria los juegos, pensar para qué, si impone este siglo XXI alienador y dominante. El nuevo Farenheit no tiene que quemar los libros ni un aparato policial fanático, basta cubrirlos con el tapiz del olvido.
Sale a la venta la casa donde Juan Ramón Jiménez escribió ‘Platero y yo’ “Los propietarios de la finca Fuentepiña la han puesto a la venta por un millón y medio de euros”
Dueños y señores de una herencia famosa de la finca Fuentepiña, donde se encuentra la casa en la que veraneaba Juan Ramón Jiménez, en la que escribió Platero y yo y en la donde bajo uno de sus pinos tiene su sepultura ese burrito universal. Pero se impone el poderoso poder de Don dinero. Una casa con las mejores vistas de la zona para construir hotel de lujo con el nombre de Platero. Turismo cultural que va de moda depredadora.
“Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: « ¿Platero?», y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…”
Aunque está vivo en su obra, su voz no, qué sería su voz y su palabra leyendo dolorido esta venta donde los intereses del dinero es el imperativo.
“En septiembre de 2017, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) suspendió cautelarmente el decreto de 2015 de la Junta de Andalucía por el que se inscribía en el Catálogo General de Patrimonio Histórico como Bien de Interés Cultural (BIC) este y otros lugares juanramonianos por errores en la tramitación, por lo que ahora mismo carecen de protección”.
La fuente trueca su cantata.
Se mueven todos los caminos…
Mar de la aurora, mar de plata,
¡qué nuevo estás entre los pinos!
Viento del sur ¿vienes sonoro
de granas? Ciegan los caminos…
Mar de la siesta, mar de oro,
¡qué loco estás sobre los pinos!
Dice el verdón no sé qué cosa.
Mi alma se va por los caminos…
Mar de la tarde, mar de rosa,
¡qué dulce estás bajo los pinos!
Si esta joya, testigo, madre inspiradora, gestora de Platero y yo se malvende, amenazador desafuero, como una dejadez más de la cultura en Andalucía.
¿Cómo, poeta inmenso, ves pasar por las madrugados el control de la fiscalía respondiendo a la pregunta del vigilante, sobre lo “qué llevas en los serones de Platero”? Podrás responder. Mariposas blancas hacia la mar.
“El mar del corazón late despacio,
En una calma que parece eterna,
Bajo un cielo de olvido y de consuelo
En que brilla la espalda de una estrella”.
Seguro que ese gran poeta inglés que es John Milton levantaría la cabeza se para preguntarse: ¿por qué un Dios bueno y todopoderoso decide permitirlos cuando le sería fácil evitarlos? Claro que como cantó el estremecedor poeta César Vallejo, puede que Dios de vez en cuando se encuentra enfermo.
“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos
la resaca de todo lo vivido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte”
Fco. Vélez Nieto
Publicado en el Confidencial Andaluz
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