martes, 4 de septiembre de 2018

DOMÉSTICAS


I

¡Camino por las estancias
de tanta imaginación!
Hay del baño hasta el fogón,
astronómicas distancias.
Viajo por mis circunstancias
mentales. ¿Quién me podría
cambiar esta travesía
doméstica de años luz?
¡Estar lejos de mi cruz
deshojando el día a día!

II

¿Quién dijo que no era eterno
el instante que me abraza
dentro de mi propia casa?
Es un feroz desgobierno
el segundo sempiterno
que pasa, que me confiesa
que sólo soy una pieza
del tablero de ajedrez.
¡Yo que pensé que tal vez
transmigrara por sorpresa!

III

Cocino mis emociones
con aromáticas yerbas.
Las experiencias acerbas
y dulcísimas ficciones
convoco en los callejones
asumidos en caída.
Reconozco al homicida
que llevo en las entretelas
del pecho. ¡Las sanguijuelas
me están chupando la vida!

IV

¡Se me queman los frijoles!
¿Quién le manda a desvariar
errático a mi juglar?
La mente enciende faroles
y construye caracoles
laberínticos; cual mosca
revolotea y se enrosca
en sus quiméricas mieles
¡De pronto va el tren por rieles
en que el cerebro se embosca!

V

Ya salta la realidad,
ya me ordena mi sargento
a caer del firmamento.
¡Por Dios, qué fatalidad!
¿Para qué es la vastedad
de reflexionar el mundo
si soy parto moribundo
del tiempo en el que agonizo?
¡Aun así me deslizo
atormentado, fecundo!

Jorge García de la Fe

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