Esos dos hombres
no tendrán
manos ni pies
para depositarme en la oscuridad,
sucumbirán las horas
para llenarme de paz,
las palabras
fenecerán
con mi rostro hirsuto,
yermo de día.
Con su vida
tropezarán
en el lienzo policromado de la mía.
Vaciarán
mis alforjas
para allanarme el camino.
Descenderán
de su apatía
para alcanzar mi desatino.
Lucharán
contra el tiempo y la oscuridad…
Ni pies, ni manos
tendrán…,
esos dos hombres
recostados en la muerte.
PACO VELÁZQUEZ -Cádiz-
Publicado en el blog ojosdeluna-pacovelazquez
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