Si el alma parece flaquear,
aparece la indiferencia
que te hunde en el pozo
de la desilusión.
Surge la fatídica melancolía
que te obliga a doblegar.
Ese ahogo con rescate,
que llevamos cosido
a la cintura desde el nacer,
se disipa, se aleja entre
las olas del mar,
se difumina en la noche,
se evapora en el aire,
lo arranca el viento,
se fuga a otro lugar.
Es pasajero.
Es pasajero.
Hay una llave escondida
en el misterio de la vida,
que sin dudar nos abre
la puerta a la esperanza,
nos lleva hacia el amor,
nos aleja del dolor.
Y es que no hay ,
dolor sin amor,
ni amor sin dolor.
amor y dolor
dolor y amor
Vida.
Consu Jiménez
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