Una vez dije:
el Melodio
el Yepamari
el Chungo
el Nene
el Bolachurro
el Oti
la Gonzala,
Gonzala deja el alpiste
la Moñoña
los Torcíos,
hermanos de sangre y vena,
y más y más.
Todos ellos,
todas ellas,
empezaban sus nombres por "él" o "la".
Eran nombres y no personas
y que aunque ya casi no quedan,
las palabras los y las perpetúan,
como nombres y como personas.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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