Se llena de grietas
solo unos días sin luz,
y se llena de grietas.
La lluvia enturbia la compasión,
la pena es como una almohada rota.
Las grietas acarician el horizonte,
a borbotones.
La luz ahoga en alcohol
su palpitar.
Ya no puedo amar tu efigie,
las grietas como clavos a la intemperie,
como gotas de saltamontes,
construyen la ausencia que ya eres.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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