Insisto en volver la mirada hacia otro lado.
Mis ojos se niegan
y aún menos mis brazos.
Estos giran como aspas de molino
buscándote y ansiándote.
Girando y girando intentan atraparte
cobijarte de nuevo en mi regazo.
Pero…
No oteo tus huellas en mi horizonte
ni en el cercano, ni en el lejano.
Mi cuerpo hace giros
llenos de amor y pasión.
Mi corazón siente vértigos
De tantas vueltas como da
anhelando tus caricias y pasión.
Y la vida gira y gira
como un carrusel enloquecido
porque el amor de mi vida…
ya se ha ido.
Del libor Una lluvia de estrellas de
María Antonia Moyano Oliveros
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