sábado, 6 de septiembre de 2014

PLIEGUES


Desmenucé los pliegues de tu corazón,
por ellos corría un lecho de pétalos,
tu boca era una hemorragia de silencios
y vestías un paisaje de cristal y barro.

Como un candil, en un prado,
tu quejumbroso palpitar apagado,
era un recóndito mar de sargazos.

Plegabas las alas escondida entre lágrimas calcinadas,
tu corazón era una joya oculta al calor de la tristeza.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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