Nunca supe distinguir
si decía la verdad o ella mentía...
Había en sus ojos cierto misterio
como el milagro en la miel de sus labios
de su sonrisa de flora y vertiente,
de lluvia y rocío que nunca pude descifrar
si era de otoño o primavera.
Pasaron tantos inviernos,
no sé si fueron veinte o más,
ya no recuerdo,
ya no sé si fueron tantos
como tantas primaveras que florecieron
en la flora de su piel, en mis manos
y en mi boca...
La perdí, y nunca supe si por un tiempo
o para toda la vida...
La volví a ver y ya no era la misma,
yo, también había cambiado.
Habíamos los dos dejado atrás
en el recuerdo
la frescura de aquellas mocedades,
de los encuentros fortuitos,
de los furtivos besos
engaños y lamentos...
De las tardes de cópula y amor!
Ella lloraba, y me dijo esa vez:
ya no te amo...
Escucha, me dijo, como late mi pecho,
como suspira mi alma, como vibra mi sangre
y late mi corazón cada segundo sin él?...
Tembló mi corazón y mi piel sudaba
la amargura de la duda, la obsesión
y el desencanto... Yo, aún la amaba!
Otros amores no lograron
apartarla de mi pecho y de mis sueños.
No me preguntas ¿quién es él?
me dijo sollozando... quién mis suspiros
ahoga y despierta mis lamentos,
y ahoga mis suspiros en las mieles del recuerdo?
Tú, ya no eres el mismo! Ya no eres él!
Quién robó mi corazón y lo arrastró
por las nieves de tantos inviernos,
quién me consumió de otoños y llenó
tantas noches de plenilunios, de auroras al amanecer,
de inmaculados sueños donde la esperanza
hervía su calor?
Tú, ya no eres él! Aquel que clavaba
mis espinas en sus labios y sangraba la miel
de los panales de la dicha del amor,
y me hacía suya en los caminos, en la arena,
en las tardes de sombras sedientas de luz
cuando construíamos castillos en la arena
y en los sueños...
Me dijo: ya no eres el mismo, lo amo a él!
Tú ya no eres él!
Y yo, aún la sigo amando!!
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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