Vengo a abrirte. No sé lo que me espera,
aunque sí lo vislumbro, o no vendría.
He estudiado tu entorno, en lejanía,
y deduzco tu afán por tu manera.
Cerrada estás. Sé que hay una pantera
rugiendo en tus entrañas, que podría,
de ser libre, atacarme; todavía
no me asalta el temor; salga la fiera.
En mi poder está, pronta, la llave;
si bien va en rigidez, la entrada es suave,
y capaz de activar el mecanismo.
Frente a mí, cimbreante, toda abierta,
sólo de mi dinámica cubierta,
por los campos en flor del erotismo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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