Solo quiero esconder mis secretos en lluvias cósmicas viajeras,
no me importan las respuestas de los sabios sin locuras,
burilo sin parar mis sombras clandestinas, suplicio encadenado,
muere el cielo en soledad, sin llantos de lloviznas…calor ácido.
Sombras acompañantes de la vida pasajera, prestada por un rato,
sombras, las que he vivido y de las que jamás me arrepentiría,
mil juegos y rondas cuando niño, hermanos, amigos de la cuadra,
el abrazo de la abuela, viajando a la luz del cielo, a los dioses escondidos.
Esa mirada fija, profunda, bella, sobre mis ojos encantados ,
al nacer mi hija, esmeraldas en tierna porcelana, boca de capullo.
La noche de fuga, de la mano con ella, el miedo, las escondidas,
solo queríamos los dos, amarnos para siempre…sin medida.
En el alma, sombras oxidadas, retorcidos recuerdos, remachados,
laberintos de silencios helados, sin paciencia, sin penas ajenas,
ruidos de ecos reflejados, preocupaciones…asustan los dolores,
despedida sin lágrimas, sin mirarnos…el maldito adiós en silencio.
¡locos mis sentidos en esta oscuridad!
Ciego tocando contornos de frutas, oliendo aromas de mujer
sudores, rosas con rocíos, bosques con nieblas de colores.
Elegante arquitectura desnuda, fundida con la mía,
los susurros, los quejidos, éxtasis volcánicos, fuegos en pieles.
Cordones de sol del corazón, amando la oscuridad del silencio,
en tiernos abrazos, nueva oportunidad a la vida que elegimos
reconstruyendo nuevos sueños, caminos, horizontes…sin heridas.
Llueven soles de esperanzas, al sublime amor…a la vida
¡a la vida que sentimos…a la vida que vivimos!
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario