TU PIEL

Tu piel sabe a diciembre
a orquídea mojada por la lluvia
a mango con un beso en la pulpa
a un tierno pecado por cometer.

Tu piel sabe a junio bañado por el crepúsculo
a noviembre habitado por fantasmas
a garduña afilando sus dientes
a cítara con labios de mujer.

Tu piel sabe a duda ya aclarada
a náyade con un nenúfar en los labios
a espejo dentro del cual
se besan dos amantes
a lluvia de mayo al amanecer.

Tu piel sabe a nostalgia
a deseo satisfecho
a lirio huérfano y descalzo
a colibrí libando un beso
sobre los pétalos de un clavel.
Tu piel sabe a un crepúsculo que agoniza
a una tarde con falda larga
a noche de luna bicéfala
poblada por salamandras y duendes
que no verán el amanecer.

Tu piel sabe a duda existencial
a soledad primigenia
a respuesta anticipada
a misterio que vendrá
a disquisición de teorías no nacidas
a pensamiento que se niega a fenecer.

Tu piel sabe a vuelo de alondra que se quedó soltera
a cereza en labios de una virgen
a relámpago que cae como una sonrisa
sobre la palpitante piel de la tarde
que la noche se niega a recoger.

Tu piel sabe a sinfonía de besos demorados en un arpa
a emoción que se suelta el pelo sobre la mañana fría
sabe a beso presentido
a uvas colgadas de la piel de una virgen
sabe a homilía de labios entrelazados
sabe a un sentimiento habitado por amantes
que nunca se van a perder.

VÍCTOR DÍAZ GORIS -República Dominicana-