En el cálido sabor
de los besos de luz de luna llena.
En el esperado calor
de los abrazos de gotas de lluvia azul.
En la rubia tibieza
de las caricias de agua de mar en calma.
En el iridescente fulgor de un beso
que se demora bajo las alas de un turpial.
En el galopante clamor de un alma
que muere y nace
en los latidos de un corazón bisiesto.
En la plácida luz de la nostalgia
de cuyas manos crecen rojas uvas y azules grosellas.
En el agridulce sabor
de unos labios de mujer
que cuelgan, sapientes y todopoderosos,
de la piel de un arco íris.
Y en el esperado destello
de un abrazo que sabe a nube
y huele a náyade bailando al atardecer
viven los amantes
el éxtasis de su pasión.
VÌCTOR DÌAZ GORIS -República Dominicana-
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