No sé cómo decirte
que tus heridas me duelen,
que las siento en mi cuerpo,
que mi costado sangra,
que mis ojos se cierran
porque el dolor vence
mis escasas fuerzas.
No sé cómo decirte
que muero contigo
en lo alto del madero
perdonando a los verdugos,
aceptando la noche eterna
desde donde alcanzaré
un nuevo amanecer.
Beberé contigo el néctar de la victoria
olvidando el dolor de nuestras heridas
que irán sanando poco a poco
hasta quedar tan solo cicatrices
que muestren a quienes nos contemplen
que un día fuimos maltratados
injustamente por fanáticos.
JOSÉ LUIS RUBIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario