No sé cómo o por qué llega a mi mente
conocimiento de tu propia esencia,
sin verte, sin hablarte; no es creencia,
ni testimonio ajeno; es diferente.
Cuanto el cerebro capta es procedente
del sentido, de cuya transferencia
germinan las ideas, simple herencia
del cosmos a nosotros adyacente.
Lo que de ti percibo, visionario,
me viene sin real intermediario,
como si fueras mi alma fugitiva,
que, mística, en tu espíritu se adentra.
Te explora, te comprende, y me reencuentra
depositando en mí tu perspectiva.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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