EL ESPEJO

Es necesario el espejo que rapta
el uniforme de la sonrisa.
Algo de luz digital queda
en el vidrio niquelado,
vilos
donde la presencia hace una iglesia
de detalles sin ruegos.
Siempre es una necesidad mirarnos,
el vegetal yo,
lo fanal de cada día,
la violeta idolatría hace un espacio
marchito en la luz con edad de muerte viva.

Hay algo de realidad
muy detrás de esa presencia,
lo sigiloso
donde el ser viene a sepultarse
con los ojos lentos de la presencia.

Tal vez todo es un final con principio.
Donde miran lo improvisto de la realidad,
la brasa húmeda de la vida.

Belén Aguilar Salas -Costa Rica-