domingo, 3 de junio de 2012

TRANSMISIÓN INTERRUMPIDA POR INTERFERENCIA SOLAR

Y el Sol, el Sol de todos, será el rostro de Dios.
NOVALIS – Hymnen an die Nacht

Fue por culpa de la Pestilenza Sistemici dell'anno 3001. Ni mis padres ni los otros sobrevivientes que conozco son de hablar mucho. Yo no había nacido y el celo ígneo de la警察文化, la policía cultural, no dejó nada para recordar. Dicen que aunque se tomaron medidas urgentes, fue imperativo dictar el Notstandsgesetze (ley de emergencia que para sosiego de la ciudadanía, se viene renovando, por única vez, cada año). Pronto se entendió natural abdicar de las garantías constitucionales y aún, de las soberanías nacionales. La Operação Tufão do Ganges fue suspendida y las coaliciones enemigas en la Урановые войны, la brutal guerra del uranio, resignaron sus mutuos reclamos en nombre de la seguridad global. Acordar un gobierno central con poder absoluto fue el siguiente paso y ninguna restricción a la libertad individual pareció bastante. Los opositores fueron sometidos con inusitada violencia. Los muertos se exhibieron como ofrenda de paz. Al principio, el Régimen intentaba falsear los hechos o multiplicar los alegatos. Después ya no hizo falta: los dispositivos intracraneales comenzaron a transmitir un mensaje monocorde con las noticias que impartía la संयुक्त ससद्धंत, famélica doctrina conjunta que ya no engaña a nadie. Durante años, pensar diferente se convirtió en delito y negociar por fuera de la World Metrics Corporation, un acto subversivo. Sin embargo, la abundante carnicería no ha conseguido extinguir el Mouvement Colonial Rebelle, y se murmura sobre el éxito de los asentamientos en el exoplaneta HD85512b y que los cazas subespaciales resultan insuficientes para impedir el creciente éxodo.

En un cosmódromo secreto de la Patagonia nos aguarda un carguero. Puede que sea un embuste fatal de los traficantes y quedemos abandonados. O puede que nos pillen antes de llegar siquiera al Cinturón de Asteroides. Pero para mis padres, la libertad consiente el riesgo. Y también el expolio, porque vendimos todo para pagar los pasajes. Tengo 16 años y en mi bolsillo llevo la citación de reclutamiento obligatorio. La fatídica cédula y una tormenta solar han precipitado la huida. Esta será nuestra última noche terrestre.

Pablo Martínez Burkett (Argentina)
Pulicado en la revista digital Minatura 119

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