Ansias de ser quien es. Nadie lo sabe por esa dura armadura que lo encierra.
Es tan perfecta que nadie diría que tiene taras insalvables, incurables, impenetrables.
Y hay quien le admira y hay quien le ama y no es él, y él no es amado.
En la soledad de su cubil, su coraza es aun más fuerte que él, ni él mismo sabe hasta dónde hoy se extienden sus dominios.
Se ha enamorado de otra armadura, pero él no hace el amor. Como una marioneta deforme atraviesa un sendero oscuro donde solo ella sabe ver la luz, y no está sola, pero tampoco ella sabe quien le acompaña.
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama
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