Cada vez que Sara va al cine le encantaría ser aquel personaje que siempre dice la frase esperada, aquel que llora en el momento preciso, aquella que se desnuda y nos mira tiernamente. Quiere ser ella, quiere ser la protagonista de las historias de los cines, quiere escribirlas, quiere interpretarlas, quiere vivirlas, contarlas, amarlas, explicarlas, sentirlas, compartirlas, regalarlas...
Sara es estéril desde los dieciocho años, en realidad desde siempre, pero a los dieciocho lo supo. No le importó,al contrario que ahora. Es extraño que no lo utilizara para joder sin miramiento. No ha llorado mucho por eso. Todo el mundo le decía que era mejor así. Tendría menos problemas, menos ataduras, más libertad.
Y se lo creyó. Se creyó libre, se creyó afortunada. Hoy se da cuenta de que ha sido ingenua toda la vida.
¿Por qué cuando te das la vuelta y te vas, las personas dicen lo contrario de lo que te habían dicho a ti mientras estabas delante? Sara nunca lo ha hecho y nunca se lo hará a nadie, eso duele, duele mucho, duele demasiado.
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO -Casteldefell- en su blog dondehabiteelolvido-Airama
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