Alma Minha gentil que te partiste
L. de Camoens
Dicen que el pensamiento
de aquel que va a morir
abandona aguas gélidas,
vuelve a contracorriente
a los días felices
y lejanos,
mas una y otra vez,
el mío sólo vuelve
a ti,
alma minha gentil que te partiste,
y todo lo demás
es una nube. Coimbra,
Ceuta, Macao, la India,
furia de espadas y olas,
zozobra de mi canto.
Ah, cómo me olvidan en la tiniebla,
sin tu calor, sin tu mano tendida,
para mí, a la piedad
de este viento marino
de las calles
de Lisboa.
Hágase pronto el silencio.
Apáguese el torpe tacto.
Nadie sabrá que he vivido.
Aureliano Cañadas. España
Publicado en la revista Oriflama 16
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