Somos seres sin guaridas;
animales pudriéndose de miedos
seres inanimados por noches paridas,
con la brusca soledad en que me quedo.
Lloramos como niñas consentidas
con el eco sutil y en quebranto
somos tan pobres, insignificantes
que Dios ni nos determina tanto.
Únicos animales suicidas
escapando de nosotros mismos
llenos en letargos y abrojos,
donde el amor sigue débil en los ojos.
Somos seres sin guaridas;
animales pudriéndose de miedos
aletargados con el alma sacudida.
De soledad y hambre en que me quedo.
Somos murmullos nocturnos
espíritus, contra el vacío inclemente
somos fugaces cuerpos taciturnos;
la risa borrada en el rostro de la gente.
JULIO CÉSAR PINZÓN GÓMEZ -Colombia-
DE FACEBOOK - 5730 - UN ENCUENTRO
Hace 8 horas
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