lunes, 9 de abril de 2012

CARICIAS ETERNAS

Siempre cuidando de que el color no desaparezca
de que continuen las gaviotas anidando en tu casa,
volantes ángeles anunciadores de tu belleza.
Suenas, cuando te beso, a un cuento sin acabar,
a la memoria fértil de mares indómitos, caprichosos.
Me reconforto mirando el respirar de tu pecho,
a las iguanas de tus ojos parpadeando
cuando el sol se entromete en tu habitación,
acurrucado en tu piel mimosa,
acariciando tu dormir con sábanas de limón.
Siempre cuidando de que la cena sea celebración
en las noches donde el glaciar inunda la casa,
donde el seísmo de la edad pone coto al querer.
Te pintas con fresas doradas de primaveras,
te pintas con lienzos de pintores estelares,
con mi urgencia por verte andar sobre el agua
como profecía encantada de una mística promesa.
No puedo dejar de hablar de ti, de especular con tu rubor,
islote de ansiedad, galimatías de estrellas.
Hablo y hablo, y tú te entretienes nombrando flores,
masticando leche divina, ofreciendo al cervatillo tu pecho,
predicando con el ejemplo de que la ternura
puede salvar el corazón de los hombres.
Mirarte es cavar túneles de pulso amatorio,
acabar con la pena, sentir el gozo de lo no antes conocido.

CARLOS GARCÍA NÚÑEZ-Madrid-

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