martes, 24 de abril de 2012

BREVERÍAS

2581


Apremiantes palabras que decirte,
y acciones ávidas que consumarte.
Traigo también afán de permitirte
cuanto el delirio insiste en formularte.
Mas no permitiré que puedas irte,
porque ya no eres tú, sino una parte,
la más viva, de mí. Tu alejamiento
me haría pluma errática en el viento.


2582

He perdido la urgencia de las cosas,
de adquirirlas, guardarlas, poseerlas,
por estar disponibles, simplemente.

¿De qué sirven, triviales, o lujosas?
Tan sólo para estar, frívolas perlas
incapaces de hacernos de repente

más sabios, más genuinos, más humanos.
Nos hacen, eso sí, más casquivanos.


2583

Me fatigan emblemas y blasones,
símbolos devaluados
que malograran lerdos herederos.

Adornarán ventanas y balcones
de casas solariegas, fracasados
brío y visión de antiguos caballeros.

Si estos volvieran, alabarda alzada,
su propia descendencia de cuatreros
sería sin piedad exterminada.


2584

Aprieto un soplo de aire entre las manos,
y lo acerco al oído.
“Soy un alma, que en tiempos ya lejanos,
supo atrapar tu amor, y tu sentido.”

Pienso reconocerla por su acento:
Superficialidad disimulada
tras la frívola forma y movimiento;
libro sin texto, erótica portada.

Abro las manos y la instigo al vuelo.
He cambiado hace tiempo de modelo.


2585

Apoyándome en ti, sucumbiría;
tu estructura, ayer firme, se cuartea.
Debo aprender a andar sin compañía,
y consumar, yo solo, mi odisea.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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