¡Qué grato el amanecer
armonizado con trinos
de pajarillos vecinos
al frente de mi ventana!
Me deleitan sus gorjeos,
arrullan mi dulce sueño
tan íntimo y halagüeño,
con su música temprana.
En el árbol de mi puerta,
jilgueros y verderones,
jubilosos, con canciones
que llegan hasta mi alhomada,
me anuncian con alegría
y melodías rumorosas
de sus voces deliciosas,
al llegar la alborada.
Sin temor a equivocarme
creo que este dulce cantar
es su forma de expresar
sincero agradecimiento.
Así rinden su homenaje
por la luz tan bienhechora
con saludos a la aurora.
Brotes de su sentimiento.
Los pájaros agradecen
temprano, el día que reciben
cantando el amor que viven
a nuestro Rey Celestial.
¿Y nosotros los humanos,
qué es lo que agradecemos?
¿No navegamos con remos
de ingrato anhelo bestial?
SEBASTIÁN PALOMARES-Cortijos Nuevos-
lunes, 9 de abril de 2012
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