No, la Navidad no existe. No es, no ha. No habita ni está.
No, no existe la Navidad, sólo abundan despilfarros y derroches.
Los hombres inventaron la navidad antaño,
y ahora, hoy, nosotros la reinventamos cada diciembre.
Jugamos con ella para bien o para mal
convirtiéndola en mágica o desgraciada, malográndola.
La Navidad suena como una lánguida nota melodramática
que se apaga entristeciendo muchos hogares.
Diciembre es un mes doloroso y cruel, además del abril de T.S. Elliot,
y el invernal frío se codea con el infortunio de los desdichados.
La Navidad y Diciembre rememoran la falta de un ser querido,
recuerdan la ausencia de una madre sacrificada
desaparecida hace años un día dieciséis de diciembre.
Desconfío y recelo de la navidad por ser injusta desde su antesala y preludio.
Ya transcurrieron demasiadas navidades y repetidos dieciséis de diciembre.
Cada año la misma historia: tristeza, melancolía, nostalgia y dolor;
pobreza, carencias y necesidad en tantos hogares.
Y cada Nochebuena, igual de insípida e incolora.
Diciembre es sin duda, el mes más cruel,
a pesar de Elliot y de su poético abril agridulce,
porque, la Navidad no existe.
Yo quisiera crear navidades sentidas de verdad en los corazones
e inventar y fundar nuestra particular Navidad
para que todo el año perviva y porque perdure siempre,
no solo en diciembre, amada mía.
Y aunque no exista, amor mío, sé que tú me ayudarás a crear
con nuestra magia amorosa esa Navidad,
nuestra compartida navidad.
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
DE FACEBOOK - 6141 - ESPABILAR
Hace 15 horas
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