Con todo agricultor o ganadero
siempre ha de cooperar una señora.
Madrugando delante de la aurora,
prepara desayunos, lo primero.
Barre, friega y arrima su puchero
y acude a su bebé, que gime o llora
reclamando su pecho, porque es hora
de ingerir su alimento tempranero.
Atiende a su familia con amor
y ayuda a su marido en la faena,
si es que es este un activo labrador.
Su quehacer permanente, le rellena
todo el tiempo, vertiendo su sudor.
Soporta sacrificios, no le apena.
SEBASTIÁN PALOMARES-Segura de la Sierra-
COMO EL COLOSO DE RODAS
Hace 2 días
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