(Querencias Taurinas-editado 2001)
Dehesa de Salamanca
donde la encina frondosa
guarda del “Serrano” al toro
y .. del calor, a su sombra.
Visten de verde los campos
cabalgados por las negras olas,
inmensos mares de hierba
con robledales por rocas.
II
Porque, bruscamente un hombre
uno, el que sea de Salamanca,
se encuentra igual que sus toros
solo, en medio de una plaza.
No hay barco como él entonces
en lucha contracorriente,
ni toro hay en sus campos,
que al enfrentarse a la muerte
vaya buscando la calma.
¡Si hay que luchar, se lucha!
¡Si hay que ganar, se gana!
¡Si hay que morir, se muere!
Se basta solo en su barco
para ser patrón y marinero.
Que siendo de Salamanca
le sobra todo lo ajeno.
III
Cuando las negras olas
mueve el viento por los prados,
por la dehesa, baja la luna,
se ruboriza escondida en un árbol.
Allí, entre las hojas, muy quieta,
contempla desde lo alto
los toros de Salamanca
bajo la frondosa encina,
guarecidos del “Serrano”
Mayte Andrade-Benicarló/Castellón-
Fotografías charla en la biblioteca Cartuja
Hace 1 día
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