TRISTEZA
Charcos quizá de lágrimas amargas
en el inmenso ventanal del horizonte.
El destino de los ojos invisibles
un piso empedrado donde chocan
los latidos y rebotan los lamentos
al origen.
La tristeza es una pluma
ante un papel blanco
a punto de parir
palabras que son
quejas o exabruptos,
un nubarrón umbrío
en el cerebro yermo y yerto,
una mirada que se baja
hasta aplastar los ojos
contra el suelo helado
pero que, sin embargo,
paradójica escenha,
esconde una sonrisa sardónica
de mal disimulado goce.
¡Cómo somos!
¡Qué monstruos se gestan
en la cocina intrincada de la mente!
Del libro Tristeza en el Gran espejo dorado de JUAN EMILIO RÍOS VERA
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Hace 4 horas
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