2501Se me desliza el alma, y cae al suelo,
al verte una vez más. Te había visto
tantas veces con ansias de poeta…
Pero esa no eras tú, sino el anhelo
de crearte a mi modo. Me resisto
a vivir en un sueño que se agrieta.
2502¿Por qué te pienso en lluvia? Cuando llueve
tu apariencia se muestra más genuina,
como si el sol tu espíritu nublara.
La lluvia es blanda mano que se atreve,
táctica o artimaña clandestina
que a invasiones de curvas se prepara.
Cada gota se inventa
senderos de propósito, y me orienta.
2503Siempre tus labios eran el presente,
sin anterior ni posterior; instante.
Comparables a nada.
Hoy los miro al hablarme, casi ausente,
lejano a tus palabras, caminante
hacia el ayer de tu alma enamorada.
Desarrollaron alas, y volaron.
Yo sueño el nido donde se gestaron.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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