jueves, 27 de diciembre de 2018

EL OASIS DE MI ALMA


Mi sed de calor se acaba al sumergirme en mi alcoba,
mi alcoba se congratula por ser siempre su invitada,
mi buró es complaciente cada vez que lo atiborro,
con cuadernos y apuntes de mi pluma trasnochada,
porque no existen las noches en mi lúcida alborada.

Las cortinas deslucidas coloreadas con mis versos,
luces soles de oro y plata, solo letras con decoro.

El armario atestado de ropajes de mi vida,
lucen cielos cobijados con caricias y alboradas.
La pantalla es visionaria, inerme a mi mirada,
callada y ciega no me siente, no escucha, está callada.

El cielo que me acaricia en los mares de algodón,
infinitos en mi estancia y en el techo de mi almohada.

Justo al pie de mi ventana de cristales de colores,
nacen sobrias las caricias en el viento y mis flores,
descorriendo las cortinas penetra el sol alborada.

Ese árbol, confidente de mis letras, acaricia mis amores,
y se yergue al infinito como con alas doradas.

Mi estancia, encumbrada en espejos y cristales,
radiantes de luz etérea y tu sublime mirada.

Hortencia Aguilar Herrera -México-

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