martes, 29 de noviembre de 2016

PRÓDIGA


Volví a la luz extensa del verano y al viento circular de las esquinas.
Neuquén es un cristal, un cuarzo sepia.
Pueblo desconocido donde inventé el espejo de una historia y la poblé de cascos en el aire. (en aquel aire ululador y tenso). Un aire tangible que más parece un agua, una corriente, un surtidor horizontal -un brazo- que el natural camino de la cara. Y otra vez ese polvo amarillento y esas piedras hundidas entre pelos de pastos requemados.
Patria de negación: sin verdes, rojos, alas, concavidades. Sólo este movimiento del planeta espiral o de flecha, bamboleo. Fui a buscarte quetzales, mariposas, enormes colas de serpientes vivas, venados tímidos, turquesas, y me has devuelto el filo del silencio y el ardor de la arena para siempre.

Irma Cuña
Publicado en la revista LaMásMédula

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