domingo, 27 de noviembre de 2016

MI SONRISA


Aroma de soledad
concebí siendo feto negro
y levanté a lo largo de los siglos
al paso del tiempo quebrado
hasta que mis ojos fueron cuarzo
mis llagas granito
y mis palabras pura tiniebla.

Las campanas doblan.
Las hormigas negras preparan sus mandíbulas
para podar la faz de los reinos
mi sonrisa gomosa
mi sonrisa nieblas

Cuerpo caverna de murciélagos
mi sonrisa aceitosa
el saco de las sonrisas
el saco de los quijales

Constructor de arena y de hielo.
Ella aparece entre la maleza,
la sonrisa me alcanza
como látigo medular
Ella aparece
mi valor deja la esquina ancestral

Despacio entre rocas.
Como oyentes pingüinos y ornitorrincos.
Despacio mis manos dan bendiciones al por mayor.
Despacio vuelan candelabros.

Con hambre y sed.
Las palabras se hacen puntiagudas
pero mi sonrisa se quedó donde estaba yo.
Yacido en la cantera

el menor sentido
es gran esfuerzo
dentro de la pasta por la que se avanza
mutaciones de la fundición fe

predicho, profético
como anuncio de compresas.

Silla de ruedas.
Arrinconada en el polvoriento desván.
Más allá de los surcos de mi abuela.
¡Madre!
Madre de todos los pecados
Madre de hinchadas ubres.
Cordero del fracaso sexual.
Cordero de las bandejas
de carne preparada

Del libro El libro negro de Carlos Daminsky (España)
Publicado en Editorial Alebrijes

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