miércoles, 30 de abril de 2014
SEGUNDO TIEMPO
Acabo de asistir, no sin tristeza,
al entierro de la primera mitad de mi vida;
sin lágrimas, viudas ni responsos;
arrojé dos claveles rojos y un manojo de tierra
hasta sobre aquello que de mí no quería.
No diré que estoy feliz,
aunque hoy he funerado
a más de mil muertos
que hasta ayer conmigo vivían.
Leandro Murciego
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario